Las suculentas no están genéticamente relacionadas entre sí, sino que han desarrollado independientemente rasgos similares en un proceso de evolución convergente. Un ejemplo esta Euphorbia aeruginosa
El ejemplo más típico de suculencia es el de los cactus, en los que el tallo contiene una gruesa capa de tejido parenquimático; pero existen varias otras familias vegetales que presentan el mismo fenómeno.
En la foto Echinopsis eyriesii un cactus.
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